El cazador espera pacientemente a que el oso se marche, pero al no hacerlo y acercarse aún más a él, se ve en la obligación de disparar. Eso sí, el tiro solo es disuasorio.
El oso es un animal extraordinario y un formidable depredador. Por eso, observarlos es un gran regalo de la naturaleza… siempre que sea a una distancia prudencial. Y eso es, precisamente, lo que no sucede en este vídeo, grabado en Rusia por Andre Petropavlovsk.
En él se puede observar cómo un cazador se encuentra en un campamento base cuando un gran oso se acerca despreocupadamente hacia él. Este, rifle en mano, comienza a darle voces para que se vaya, pero el animal no obedece.
Otro compañero, incluso, comienza a dar golpes a una cacerolada, pero el plantígrado sigue sin irse y, por el contrario, comienza a reducir las distancias. Finalmente, el hombre dispara al suelo, cerca del oso, para convencerlo de que sa vaya. Con la detonación el oso huye.
Acostumbrado al alimento humano
Disparar tan cerca de él fue una imprudencia –un disparo al aire habría sido igualmente disuasorio y menos peligroso–, aunque la escena puso de manifiesto otro problema: la alimentación de osos por parte de humanos. Andre asegura en el vídeo: «No tuvimos tiempo de establecer un campamento, cuando apareció una bestia alimentada por personas».
Aunque la caza de osos en España está prohibida, la población de estos es muy reducida y su comportamiento no es agresivo, hay en otros lugares del mundo -donde está grabada esta imagen- en los que otras especies de plantígrados pueden resultar peligrosas.
Un hombre dispara in extremis al oso que lo atacaba
La historia que a continuación se narra tuvo un buen final para el hombre y su perro, pero pudo acabar de forma dramática después de que un oso lo atacase en su propio hogar. Ocurrió en el valle de Bella Coola, en la Columbia Británica, Canadá: el hombre disparó contra un oso pardo que se había instalado desde hacía días en el jardín de su casa. Te lo contamos.
El artículo Un oso se acerca demasiado a este cazador, que no quiere disparar, pero se ve obligado a hacerlo aparece primero en Revista Jara y Sedal.