Si estás tratando de explicar a tu pareja o a un amigo, o solo quieres tener una respuesta adecuada para alguien que te pregunta, aquí te traemos 20 razones por las que cazar es apasionante.
La caza proporciona comida orgánica y libre de hormonas
Es muy importante saber de dónde procede la carne que ingerimos. Y sabemos que la carne de animales salvajes es mucho más sana que cualquiera de las que podamos encontrar en el mercado convencional.
Es la forma más ética de conseguir alimento
Al contrario que la pobre existencia de los animales estabulados que viven para engordarse, sacrificarse de manera industrial y abastecer las estanterías de los supermercados, las vidas de los animales que cazamos son totalmente libres y salvajes, viven en plena naturaleza.
Y cuando la bala o flecha alcanza al animal es genial saber que ese animal se ha sacrificado de una manera ética y menos dolorosa que la que la propia naturaleza le habría deparado.
Caza es conservación
Como cazador eres directamente responsable de la salud y la estabilidad de las poblaciones de especies cinegéticas. Tu papel es fundamental para mantener el equilibrio de las especies y para asegurar que el cuidado de los hábitats sea una prioridad para la sociedad.
Te enseña los secretos de la Naturaleza
Como cazador sabes más de la naturaleza y del ciclo vital del campo de lo que la mayoría de la población no cazadora jamás sabrá. Tu conocimiento y experiencias en lugares salvajes son enseñanzas del mundo real que ni siquiera en algunas carreras se ofrece. Frank Cuesta dijo hace poco en una entrevista: «he flipado al ver cómo los cazadores conocen la naturaleza».
Nada conecta tanto a una persona con el mundo natural como lo hace directa, íntima y profundamente la caza. Ni la fotografía, ni la escalada, ni la acampada…Ahí somos meros observadores, pero en la caza nos convertimos en participes directos del medio natural.
Es bueno para tu salud
La caza no es fácil. Requiere de una buena forma física por parte del cazador para salvar obstáculos en el monte y para aguantar largas caminatas con el peso del arma y de la mochila. No hay ningún ejercicio tan completo como perseguir tu pieza en el campo.
Reduce el estrés
Hay estudios que han demostrado que simplemente andar por el bosque estimula los procesos químicos que reducen el nivel de estrés del cuerpo. Una caminata de tan sólo 10 minutos reduce inmediatamente el estrés, la ansiedad y la presión sanguínea. Imagina entonces los beneficios de estar un día entero inmerso en mitad del monte.
Te permite tomar tiempo para ti
Esta razón también está conectada con la reducción de estrés. Además, tener tiempo para uno mismo actualmente es algo muy preciado.
Muchas personas se sienten sobrepasadas por el ritmo de vida de la sociedad actual y por el tiempo que demandan las relaciones sociales en casa y en el trabajo.
Así que unas horas en el campo sólo es algo que no tiene precio. ¿Qué mejor lugar para desconectar, tener tiempo para los pensamientos propios que el monte?
Tiempo de calidad con la familia
Aunque algunos cazadores salgan solos o acompañados de un amigo o guía de caza, la temporada cinegética también supone una magnífica oportunidad a algunas familias para compartir momentos e historias.
Conexión con las tradiciones
En cada zona de caza, en cada comunidad o pueblo hay una forma de cazar característica, casi un ritual podríamos decir. Como la montería española, una forma tradicional que hay que conservar a lo largo del tiempo para que perdure y que goza de unas reglas no escritas que todo cazador respeta.
Conexión con una comunidad
Al igual que un hincha de un equipo determinado se siente reflejado y arropado cuando ve a otro con su misma camiseta, a los cazadores nos pasa algo similar. No importa de dónde seamos, si viajamos a nuestro coto y paramos a tomar café y vemos gente vestida como nosotros, empatizamos con esa persona y entablamos conversación en muchas ocasiones. La caza es unión entre los cazadores.
¡Jabalí! (Pon aquí la carne que más te guste)
Bonita palabra, ¿acaso no es delicioso sólo pronunciarlo? Hay mil formas de cocinar la carne de caza y todas ellas tienen algo en común: estás comiendo un alimento natural y saludable. Además te permite disfrutar de la caza de otra forma diferente con aquellos amigos o familiares que no te acompañan a cazar.
La caza es arte
En la caza se aprovecha todo de los animales, desde las pieles, hasta los cuernos o colmillos. Con ello se hacen verdaderas maravillas como los cuchillos con asta de ciervo. Por no hablar de los animales naturalizados en los que trabajan artistas de la taxidermia.
Las noches en el campo
Para los esperistas no hay nada mejor, nada que se le asemeje a la sensación de estar bajo la luna, sintiendo los aromas del campo y oyendo en la oscuridad de la noche el trasiego de animales que salen de sus encames para alimentarse. Eso por no hablar de la sensación de escuchar las pisadas del gran macareno que todo esperista aguarda con anhelo.
Lecciones de vida de padres a hijos
Las experiencias y recuerdos de jornadas de caza con su padre son únicas para un niño, nunca se le olvidarán. Es posible que un niño o una niña fueran muy pequeños en su primera salida al campo pero jamás se les olvida la sensación de ser parte del mundo natural y salvaje.
La caza también da la oportunidad a los padres de estar a solas con sus hijos sin nada más que lo que los rodea en el momento. Compartirán experiencias transmitiendo su pasión y amor por los animales y el medio donde viven.
El valor de la vida
Esta razón conecta con la anterior estrechamente. Cazamos por muchas razones, pero una indiscutible es poder abatir una pieza.
Hay pocos instantes en la mayoría de las vidas de los niños donde la muerte sea algo tangible, y donde poder expresar honesta y directamente nuestra gratitud por la muerte de una criatura. Si algo es destacable de la caza es esa gratitud hacia la vida de la pieza que has cobrado.
Cazar juntos es como una cita, pero mejor
¿Qué mejor que tu pareja comparta tu pasión? Si no es así al principio, al menos podrás enseñarle lo que la caza significa. Podrás compartir experiencias propias y hacerle partícipe de algunas enseñanzas que te han inculcado a ti.
Cazar en pareja puede hacer que tengáis muchas más vivencias y memorias juntos para poder recordarlas en un futuro.
La caza es cultura
¿Tienes idea de todo el arte que ha sido creado por inspiración de la caza? Museos de todo el mundo guardan pinturas con motivos cinegéticos, por no mencionar el arte rupestre en el que las escenas de caza copaban las paredes de las cuevas prehistóricas.
Miles de palabras se han dedicado a la caza en novelas, biografías, textos académicos y poesía. Muchas obras han sido escritas e interpretadas, se han producido películas y documentales, se han cantado y grabado canciones, todo ello con la caza como protagonista.
Alimentar a tu familia
Conociendo el valor cultural de la caza también podemos argumentar su valor en el núcleo más pequeño que se puede formar en la sociedad: la familia. En su forma más fundamental, la caza sirve para abastecer a nuestras familias. No hay nada más puro, esencial y grande que eso.
Ayudar a la sociedad
Cuando cazas ayudas a controlar las poblaciones de especies animales que, de otra manera, sería imposible reducir. De esta manera ayudas a los agricultores a sacar adelante sus cosechas y contribuyes a otra cosa mucho más importante: salvar vidas humanas. Los accidentes de tráfico con jabalíes y ciervos se han disparado en los últimos años, y con ellos las colisiones en carretera que provocan graves daños y se cobran un buen número de víctimas. Cazando ayudas a reducir este problema.
La caza es justa y divertida
Si no fuera divertido y gratificante no lo haríamos. La diversión es algo que los cazadores entendemos de forma diferente al resto de la sociedad para la que la caza es algo extraño.
Esta concepción del mundo es en sí misma extraña. Lo que antes era entendido como natural y justo –como recoger los huevos del gallinero o coger las manzanas de un árbol–, es visto por algunos como innecesario y deplorable. Este segmento de población está equivocado. Su visión realmente es la extraña. Lo natural (y necesario) es cazar, como lo hacen el resto de animales.
El artículo 20 razones por las que nos encanta la caza aparece primero en Revista Jara y Sedal.